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Así funciona la tecnología de rastreo de inmigrantes para las deportaciones masivas de Trump

Carlos del Castillo
21 de abril de 2025 22:10 h

El Gobierno de EEUU encarga a la tecnológica Palantir un sistema con acceso total a los datos de los migrantes y que podría afectar también a ciudadanos estadounidenses

La tecnología de control digital ha sido un pilar fundamental de la política antiinmigración de EEUU desde hace más de una década. La empresa Palantir, especializada en la venta de programas de vigilancia y análisis de grandes volúmenes de datos a gobiernos y agencias de inteligencia, ha sido clave en ese proceso. Una relación que pasará ahora a un nuevo nivel para facilitar la política de deportaciones masivas que Donald Trump ha puesto en marcha desde su regreso a la Casa Blanca.

Documentos oficiales y filtraciones internas han revelado que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha adjudicado por la vía de urgencia un contrato para que Palantir desarrolle un nuevo sistema de vigilancia masiva y en tiempo real de los inmigrantes, tanto de los recién llegados como de las personas que ya cuentan con la nacionalidad estadounidense. Se denominará “Sistema Operativo del Ciclo de Vida de Inmigración” o ImmigrationOS.

Con “ciclo de vida de la inmigración”, el ICE se refiere a tener acceso a toda información registrada desde que esas personas pusieron un pie en el país, como las bases de datos de la Seguridad Social, Sanidad, Vivienda o las policiales. También, a los datos disponibles online (como los extraídos de perfiles de redes sociales) así como a cualquier referencia sobre el físico o apariencia de los migrantes, desde su raza o etnia al color de ojos, cicatrices o vestimenta. En suma, un sistema que permita “una mayor eficiencia en la logística de deportación, minimizando el tiempo y el gasto de recursos”, resume el ICE en el informe oficial de contratación.

Más allá de cuestiones operativas, del documento se extraen más detalles que tienen que ver con las capacidades de seguimiento del sistema y revelan parte de las preocupaciones del Gobierno de Trump en relación con las deportaciones masivas. La Casa Blanca quiere presionar a los migrantes para que se “autodeporten” por sí mismos espoleando el miedo a ser enviados a cárceles como el Centro de Confinamiento del Terrorismo, el macrocomplejo penitenciario construido por Nayib Bukele en El Salvador. No obstante, no tiene cómo registrar con precisión qué personas fichadas por el ImmigrationOS salen del país por su cuenta, especialmente cuando lo hacen por carretera o rutas alternativas.

Para evitar perseguir a personas que ya no están en EEUU, el ICE ha pedido que el programa permita una “visibilidad casi en tiempo real de los casos de autodeportación”. La documentación oficial no especifica cómo se llevará a cabo esta medida, ni si implica un monitoreo constante de las personas que han recibido una orden de deportación. En la lista de datos que nutrirán el ImmigrationOS sí aparecen incluidos los registros de los lectores de matrículas a los que el ICE tiene acceso por todo el país y que ayudarán a la policía a tener más pistas de la ubicación de las personas migrantes.

Control total

El ICE ha pagado unos 30 millones de dólares a Palantir para que desarrolle el prototipo de ImmigrationOS, cuya primera versión debe estar disponible el 25 de septiembre de este año. Aunque los primeros contratos de la compañía —fundada por Peter Thiel, uno de los ideólogos del movimiento de la “ilustración oscura” y primer apoyo de Donald Trump en Silicon Valley desde 2016— se remontan a 2014, el objetivo del nuevo sistema es cumplir con urgencia con las órdenes ejecutivas de Trump que decretan las deportaciones masivas.

“ICE ha determinado que existe una necesidad urgente y apremiante de entregar las capacidades de ImmigrationOS lo antes posible”, justifica el organismo sobre la contratación por la vía urgente: “Palantir es la única fuente que puede proporcionar las capacidades requeridas y el prototipo de ImmigrationOS sin causar retrasos inaceptables”.

La larga relación de la empresa tecnológica con la oficina de inmigración resulta clave. “ICE actualmente utiliza software comercial de Palantir como el Sistema de Gestión de Casos de Investigación (ICM). El ICM (...) ya ha sido configurado específicamente para las necesidades operativas del ICE y cumple con todos los requisitos críticos exigidos. La infraestructura existente ya construida bajo el ICM puede configurarse aún más para satisfacer las necesidades urgentes del ICE sin un desarrollo que requiera mucho tiempo”, apunta.

El ICM fue el primer encargo del Gobierno de EEUU a Palantir. Se firmó bajo el mandato de Barack Obama con el objetivo de desarrollar y mantener un sistema de inteligencia sobre inmigración, a cambio de 41 millones de dólares. Las sucesivas administraciones de Trump y Joe Biden siguieron financiando el programa, que entonces se usaba para rastrear los antecedentes personales y penales de inmigrantes tanto legales como indocumentados. La última renovación fue en 2022 por más de 90 millones de dólares.

Esta década de trabajo dio como resultado una potente herramienta de vigilancia que ya había sido ampliamente criticada por organizaciones de defensa de las libertades individuales, así como desde círculos académicos y tecnológicos. De esta forma, un informe de la Universidad de Georgetown ya avisó en 2022 que el ICE había excedido la voluntad original del sistema y ya era capaz de “localizar a 3 de cada 4 adultos a través de sus registros de servicios públicos” o “rastrear los movimientos de los conductores en las ciudades donde viven 3 de cada 4 adultos”, sean inmigrantes o no.

Actualmente, el sistema permite filtrar por cientos de categorías, desde el estado del visado o el tipo de entrada al país —incluyendo etiquetas como “refugiado” o “extranjero indocumentado”— hasta rasgos físicos (cicatrices, tatuajes, color de ojos o cabello), antecedentes penales, datos biométricos y ubicación a partir de los lectores de matrículas o estado del carnet de conducir. También almacena información familiar, laboral, de redes sociales y hasta registros financieros como declaraciones de quiebra.

Alcance ampliado a todos los organismos

Con el nuevo contrato ratificado por Trump, el nuevo programa denominado ImmigrationOS se nutrirá de esa base de datos para cubrir ese “ciclo de vida de la inmigración” que debe terminar con la deportación o la “autodeportación”. Además, la Casa Blanca está trabajando para que el ICE tenga acceso a todos los registros públicos relacionados con la persona que perfila. Se trata de información proveniente del Departamento de Trabajo, de Salud o de Vivienda y Desarrollo Urbano, según una filtración de documentación interna a la que ha tenido acceso el medio especializado en tecnología 404 Media.

La herramienta ya habría logrado conectarse con la Seguridad Social y con las agencias policiales. Diferentes medios han indicado que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) que dirige Elon Musk podría tener relación con este movimiento. The Washington Post ha informado de que DOGE e ICE están colaborando para acceder a los datos de Medicare, el protosistema de sanidad pública de EEUU; mientras que Wired ha revelado que el equipo de Musk está trabajando en la creación de una base de datos integrada que incluiría también registros de votación en elecciones y datos biométricos con los que rastrear inmigrantes.

La ambición de la maniobra y la implicación del DOGE han despertado inquietudes entre especialistas, que advierten sobre su potencial impacto no solo en inmigrantes en situación irregular, sino en toda la población estadounidense. “La expansión de los servicios de Palantir mediante un lenguaje corporativo intencionadamente vago, sumada a la reciente escalada pública del ICE en la violación de los derechos de las personas —a través del acoso, las deportaciones sin fundamento y el terror dirigido a inmigrantes— pinta un panorama claro: la interacción entre Palantir e ICE está facilitando y permitiendo abusos y violaciones de derechos que, quiero señalar, se extienden a todos en EEUU, independientemente de su estatus de ciudadanía”, ha advertido Calli Schroeder, del Centro de Información de Privacidad Electrónica (EPIC), en declaraciones a 404 Media.

Escudos en alto

Las críticas contra esta vigilancia sin límite no se han hecho esperar. “Palantir se beneficia del voraz apetito de deportaciones de Trump”, denuncia Mariana Olaizola Rosenblat, investigadora del Centro Stern para los Negocios y los Derechos Humanos de la Universidad de Nueva York. “En tiempos normales, el uso de análisis de datos para apoyar la aplicación de la ley migratoria podría verse como una función legítima del gobierno. Pero el papel de Palantir en la generación de pistas para la deportación y la gestión de la logística de la operación de Trump llega en un momento en que esa operación está cada vez más marcada por la anarquía y la crueldad”, subraya.

El inversor Paul Graham, una de las voces más influyentes de Silicon Valley tras cofundar la aceleradora de startups Y Combinator, ha recomendado a programadores e ingenieros que se mantengan alejados de Palantir. “Vivimos un momento muy emocionante en el sector tecnológico. Si eres un programador de primer nivel, hay muchísimos otros lugares donde puedes trabajar, además de en la empresa que construye la infraestructura del estado policial”, ha escrito en X.

Pero en la tecnológica fundada por Thiel estaban preparados. Los escudos, en alto. Parte de la documentación filtrada por 404 Media refleja que la dirección de la tecnológica había previsto una reacción negativa tanto de empleados como de personas externas. Sus mensajes hacen referencia a un argumentario compartido con la plantilla para justificar el proyecto y a consejos sobre cómo defenderse de las posibles críticas de colegas, familiares o amigos. La prueba de esta preparación se mostró en la propia respuesta de la compañía a Paul Graham, también a través de X.

En un largo y denso comunicado, el jefe comercial de Palantir, Ted Mabrey, ha defendido el trabajo de la compañía y asegura que su motivación va más allá de complacer a los actores relevantes de la meca tecnológica: “La perspectiva de Paul es muy similar a la de Google en 2018, cuando abandonó el Proyecto Maven, el programa insignia del Departamento de Defensa para incorporar la IA a la guerra. Google abrazó la creencia de que nuestra forma de vida es algo dado, y que los mejores y más brillantes de entre nosotros estaban por encima de lidiar con las difíciles cuestiones que implica bajar al barro y preguntarse cómo seguir garantizando esos privilegios. Era mucho más fácil vender publicidad”.

“Cuando hay personas vivas gracias a lo que construiste, y otras muertas porque lo que construiste aún no era lo suficientemente bueno, desarrollas una perspectiva muy diferente sobre el significado de tu trabajo”, afirma Mabrey. “Nuestro trabajo es realmente complejo. Protegimos la vida de operadores especiales durante las guerras fallidas en Irak y Afganistán, fuimos la columna vertebral de la Operación Warpspeed para acelerar las vacunas durante la COVID-19, fuimos la columna vertebral de la coordinación de la retirada afgana y permitimos que David resistiera a Goliat en Ucrania”.

El ejecutivo de Palantir, que tiene unos 4.000 empleados y tiene su oficina central en Denver (Colorado), anima a los desarrolladores e ingenieros intresados en trabajar con ellos a ir a las entrevistas con propuestas concretas: bocetos de cómo su tecnología puede ayudar a cumplir las misiones que tiene encomendadas. Además de las deportaciones masivas y la lista que enumera Mabrey, esas misiones también incluyen la colaboración con el ejército israelí para seleccionar objetivos a abatir en Gaza.

Vía

https://www.eldiario.es/tecnologia/vigilancia-limite-funciona-tecnologia-rastreo-inmigrantes-deportaciones-masivas-trump112234100.html


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